EL ORDEN DIGITAL

miércoles, 27 de junio de 2007

JUAN ANTONIO LAZARA HABLO CON LOS ESTUDIANTES SOBRE ORIENTACION VOCACIONAL

Juan Antonio Lázara
ESTUDIAR O NO ESTUDIAR,
ESA ES LA CUESTION
Juan Antonio Lázara se parece más a un científico loco que a un disertante académico al estilo tradicional. El cabello largo, las monedas de oro rellenas de chocolate con las que paga la publicidad, su llamativa vestimenta y su verba inagotable y desbordante, lo transforman en un personaje que logra divertir al público con un tema que podría ser árido o monótono.
En un ameno diálogo frente a los micrófonos de FM DESIRE, sostuvo que "en la Argentina necesitamos más torneros que abogados, más técnicos navales que contadores y más especialistas en pesca que psicólogos", advirtiendo que "no se puede obligar a nadie a estudiar aquello para lo que no tiene vocación". "Muchas veces me preguntan cuáles son las carreras con más empleo, para meterse y yo les pregunto si se enamorarían de Matías porque tiene una camioneta 4x4, vivirían con alguien toda la vida sólo porque tiene buen dinero", graficó, inquiriendo si es conveniente seguir una carrera solamente por su inserción laboral.
"La inserción laboral es importante, porque es maravilloso que te paguen por un servicio que le ofrecés al prójimo, pero no te podés meter en cualquier cosa... si te gusta tocar la guitarra no te podés meter de ingeniero en petróleo... no vas a terminar la carrera, y si la terminás te vas a aburrir toda la vida, aunque tengas finalmente esa camioneta 4x4", subrayó.
"Si seguis algo que te apasiona, podés tener muchas dificultades, o períodos inestables, pero es lo que te apasiona y entonces vas a seguir para adelante", dijo Lázara, comparándolo con las situaciones de pareja: "si vos estás con una persona con la que no estás enamorado, ante la primer dificultad vas a encontrar defectos hasta en las cuestiones más cotidianas, en cambio cuando está el fuego de la pasión, se supera cualquier dificultad".
El autor de la "Guía del Estudiante" destacó la gran cantidad de oficios, de carreras cortas, carreras tradicionales, y la posibilidad de estudiar a distancia. "Hay posibilidades de estudiar desde la computadora, desde la propia casa", enfatizó.
Juan Lázara recordó que suele decirles a los estudiantes que "siempre se pueden encontrar excusas para no hacer cosas como tenemos excusas los adultos... podés alegar que tus padres se están separando, que no tienen plata, que viven cerca, que viven lejos, que no me da la cabeza... hay miles y miles de excusas para no estudiar pero son todas excusas, porque las posibilidades que ofrece nuestro país para aquel que se quiera capacitar y estudiar no existen en Alemania, no existen en Estados Unidos". Puso como ejemplo que "si viviéramos en Alemania, Italia o Estados Unidos no podría decirles lo que sí podemos decir en Argentina, que muchas universidades son gratuitas y con ingreso irrestricto... esto es impensable en cualquier país del Primer Mundo, donde hay que pagar entre 30.000 y 40.000 euros por año para poder hacer una carrera". "Si no querés estudiar, ponete una mano en el corazón y reconocelo... eso es lo más noble, pero no le eches la culpa a tus padres, ni al país, ni al FMI, ni a nadie... es una cuestión que tiene que ver con tu decisión", acotó.
El disertante, invitado por la Secretaría municipal de la Mujer, puso de relieve también las oportunidades de estudio y capacitación que se han ido abriendo para los adultos. En este aspecto dijo que "en cualquier etapa de la vida se puede encarar una capacitación y una carrera larga también". "No hay que dejarse llevar por cuestiones de edad, porque no es cierto; de hecho hay gente adulta que empieza una carrera junto a sus hijos y termina antes la madre que las hijas", insistió.
Lázara reflexionó que "elegir una carrera es como enamorarse: hay gente que ya crió a sus hijos, tiene a sus hijos grandes, y conoce una pareja nueva y lo vive con menos presión, con mucho más placer, porque ya no está la presión de cumplir con determinados mandatos familiares, y con las carreras pasa lo mismo... hay gente adulta que ya no tiene la presión de los padres, de la inserción laboral y elige una carrera a los cuarenta o cincuenta años porque tiene ganas de hacerlo, sin pensar en ningún tipo de urgencia". "La paradoja de eso -añadió- es que le va mucho mejor a aquellos que eligen una carrera sin tanta presión, que a aquellos que están desesperados por elegir la carrera con más empleo".

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