EL ORDEN DIGITAL

lunes, 15 de diciembre de 2008

SALUD

El peligro de ser celíaco y no saberlo a tiempo

La enfermedad celíaca es un mal que afecta a alrededor de 400.000 personas en la Argentina. Muchas de ellas ni siquiera saben que lo sufren. ¿Es realmente difícil dar con el diagnóstico? ¿Cuáles son los obstáculos a la hora de tener que seguir una dieta adecuada?

La celiaquía es una enfermedad hereditaria que afecta a niños y a adultos, desencadenada por una reacción alérgica del organismo a una proteína del gluten llamada gliadina. Esta destruye las vellosidades y microvellosidades que se encuentran en el intestino delgado, disminuyendo la capacidad de absorción de nutrientes. Tengamos en cuenta que la harina de trigo se coloca en todo tipo de alimentos. “Hasta los chicles o la pasta dental la pueden contener como espesante”, de ahí “la importancia de una reglamentación a nivel nacional que obligue a las empresas a rotular los alimentos e informar si contienen gluten de trigo, avena, cebada y centeno (TACC)”.
Hace 10 años se pensaba en la celiaquía cuando había una malnutrición acompañada de diarrea, problemas de crecimiento, de piel y caída de pelo. Sin embargo, esta es sólo la forma más manifiesta de la enfermedad.
Con el tiempo y el advenimiento de nuevos métodos de diagnóstico, se empezó a descubrir que la enfermedad celíaca es mucho más común de lo que se creía. Según datos del Movimiento por la Ley Celíaca, en nuestro país, por cada celíaco diagnosticado hay ocho que todavía no lo están.

Una de las particularidades de la enfermedad es la de tener síntomas muy dispersos. Por un lado, el cuadro clínico “típico” abarca la diarrea y la pérdida de peso. Sin embargo, hay muchísimos casos que, a pesar de no tener las mismas manifestaciones que el cuadro clínico típico, también encuadran dentro del diagnóstico.
Irritabilidad, problemas en la piel, abortos espontáneos, infertilidad, anemia, osteoporosis y alteraciones en los análisis hepáticos. Estos son sólo algunos de sus indicadores, por lo que el diagnóstico puede provenir no sólo de un gastroenterólogo, sino también de un dermatólogo o un ginecólogo.
En la actualidad se considera que este tipo de celiaquía es mucho más frecuente que la clásica, que sólo alcanza el 20% de los casos. Por esto la enfermedad suele compararse con un iceberg. Se ve sólo la parte que está fuera del agua, es decir, los pacientes que presentan la sintomatología clásica. Sin embargo, lo que hay debajo es más grande, ya que la forma subclínica es mucho más frecuente. Últimamente se diagnostican personas que conviven parte o casi toda su vida con esta enfermedad sin saberlo tratadas por otras patologías. Es frecuente confundir el diagnóstico; por ello, la mayoría de las personas que dicen sufrir colon irritable –tan común por estos días y atribuido al alto grado de estrés con el que se vive– deberían hacerse el estudio de enfermedad celíaca. Cuanto más precozmente sea detectada la enfermedad, menores consecuencias tendrá en el organismo. Un celíaco diagnosticado y que cumple el tratamiento que consiste en una dieta libre de gluten, lleva una vida totalmente normal. Así como “no hacer la dieta” probablemente lleve al desarrollo de diversos cánceres u otra enfermedad autoinmune como diabetes, tiroiditis, artritis y osteoporosis.

Lic.Carolina Alvarez MP:577

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