EL ORDEN DIGITAL

viernes, 28 de septiembre de 2012

SORIN PRESENTO EN EL FESTIVAL DE SAN SEBASTIAN LA PELICULA "DIAS DE PESCA"

Saludo El director Sorín y su intérprete, con la playa a sus espaldas./ afp

Saludo El director Sorín y su intérprete, con la playa a sus espaldas./ afp

 

LA COMPETENCIA EN SAN SEBASTIÁN

Un universo de pequeños gestos

Se presentó “Días de pesca”, única latinoamericana que va por la Concha de Oro. Carlos Sorín y Alejandro Awada hablaron de la película. También se vio lo nuevo de Costa-Gavras.
 
Ayer, en la conferencia de prensa de Días de pesca , que acababa de entusiasmar al público que colmó la sala del Kursaal, un periodista tomó el micrófono y dijo: “Esta pregunta es para el señor Darín”. “Usted querrá decir Alejandro Awada”, le aclaró el moderador. “No, Darín”, insistió el hombre, de acento chileno. “¿Será Sorín?”, intentaron orientarlo. “¿Es que acaso me estoy equivocando?”, continuó el confundido interrogador.
El diálogo, que bien podría haber sido de película de Carlos Sorín/Darín, cerró una charla en la que el realizador, premiado las cuatro veces que se presentó en competencia oficial en San Sebastián, admitió que se sentía nervioso, a pesar de estar en territorio afín y del buen recibimiento que tuvo su nueva película. “Estoy más nervioso que en Toronto (donde fue la première mundial de Días...). Y creo que si estuviera diez veces más en San Sebastián me sentiría más tenso todavía”.
La película, ambientada en la Patagonia, en la zona de Puerto Deseado, se centra en Marco (Awada), un hombre de 50 años que está recuperándose de su adicción al alcohol y que emprendió este viaje para pescar tiburones, aunque íntimamente quiera reencontrarse con su hija (Victoria Almeida), que vive en la zona. Awada logra transmitir el profundo y atormentado mundo interior de este personaje sin actos ni palabras grandilocuentes.
“Cuando me llegó el guión de Carlos comprobé que, como en otras películas suyas, lo esencial de la historia se correspondía con un universo de pequeños gestos. Por supuesto, me vi en la obligación de releer a Raymond Carver. Su estilo tiene mucho en común con el de Sorín: con instantes, que parecen leves y fugaces, en los que sucede todo. Traté de estar a la altura de esa austeridad artística”, explicó el actor.
Sorín agregó: “En la película, lo que no se dice es más importante que lo que se dice. Los silencios son más elocuentes que las palabras. El silencio, además, tiene la ventaja de la ambigüedad”. Y también dijo: “En la Patagonia soy local, como Messi en el Barcelona. Pero rodar ahí es también un peligro, porque uno puede caer, como me pasó, en lo decorativo. Para mí, lo principal son los personajes, los rostros, no el contexto del paisaje. Lo interesante de la Patagonia es que obliga a encontrarse consigo mismo”.
Como en otras películas suyas, también trabajó con no actores: personajes cálidos, transparentes, queribles. “Afortunadamente, con los años voy creciendo y limpiándome de prejuicios profesionales -afirmó Awada-. Antes los tenía, respecto de los no actores. Pero cambié. Fue muy gratificante trabajar con ellos, estar a la altura de personajes tan vivos. Me obligaron a quitarle superficialidad y artilugios a la construcción de mi personaje. Fue maravilloso trabajar desde un registro sencillo y humilde, guiado por un director tan admirable”.

Clarin.com

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